intervenciones en el paisaje cultural



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miércoles, 7 de octubre de 2009

Textos

 Baqueanos del Río, Islote Curupí, Paraná.

"agradecido a todos los que han hecho posible, que nosotros podamos disfrutar de lo que ellos saben hacer."
 
"...para que se den una idea, para quien no conoce, ellos vinieron a trabajar a la isla, en un islote que es un área protegida, en el kilómetro 600,40 del río Paraná, más o menos para que Ud se dé una idea...frente mismo a la ciudad de Paraná."

"...lo bueno fue que hubo quienes se dedicaron a trabajar con arcilla, que es un barro que es arrancado de la precordillera del norte de nuestro país...Salta, Jujy, Bolivia...y esos ríos, como el Bermejo y el Pilcomayo desaguan en el río Paraguay...y el río Paraguay tiñe de marrón al río Paraná. Esa arcilla es la que se va acumulando en la costa del río y las islas, así que hubo artistas que trabajaron con ese barro del río Paraná..."

"...decían que era difícil de que la gente viniera a ver una obra de arte a la isla...y fue todo lo contrario. Permitió que mucha gente se arrimara, algunos de ellos nunca habían cruzado el río, pero vinieron a ver la obra de arte..."
"tuvimos la presencia de muchos jóvenes artistas de nuestra ciudad y de otros lugares que vinieron a chusmear un poco esto, a ver de qué se trataba...cruzaron el río para compartir esa muestra, esa visión que tienen los artistas con respecto al tema de la naturaleza. Hacer arte con la naturaleza misma del lugar."

"Todavía guardo mucho en la memoria el compartir momentos con ellos, compartir fogones, compartir tiempo o diálogos...hacemos un reconocimiento a toda esa gente que vino a Paraná de distintos lugares para hacer esta muestra...todavía queda el recuerdo de muchos aquí, que elogiaron el trabajo que estas personas, artistas, que trabajaron aquí, en el río Paraná."
"...me gusta abrir la mente, soy una persona que trata de compartir, y muchas veces no entiendo...trato de comprometerme, y creo que lo que sucedió fue eso, fue tomar un compromiso con ellos y mis compañeros"

"...lo que hicieron acá fue excelente, nos ayudaron en muchísimas cosas, nos ayudaron a visualizar, pero también nosotros a ellos, fue un intercambio de saberes, creo que eso fue lo positivo que nos dejó..."


Cosita Romero, Baqueano del Río, Febrero 2014.

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En tierras frágiles
"Yo no sé lo que me dice propiamente, pero habla”
Carl Gustav Jung

Un miércoles del mes de marzo, trece artistas desembarcaron en el islote Los Benitos* a la altura boya 427 del río Paraná. La naturaleza penetró la piel de los recién llegados, expectantes, ansiosos, abiertos a las costas del río y a la densidad del humedal. En unas pocas horas las dinámicas de trabajo quedaron planteadas y la diversidad de propuestas los dispersó hacia los distintos hábitat de la isla. Hubo quienes modificaron sutilmente el espacio de la floresta, interrumpiendo el trayecto de un sendero, mimetizando su propio cuerpo con el ambiente o entretejiendo troncos y ramas. Otros prefirieron escoger horarios de trabajo específicos, de madrugada o al anochecer, a modo de obtener una imagen mutante sobre hilos o recortar un paisaje sonoro. Algunos requirieron llevar a cabo inmersiones en el agua para recoger arcilla del río, pautar un ritual performático o fijar secciones de los trabajos durante su proceso.

Ingresar dentro de la obra para luego atravesar la naturaleza (o viceversa) se constituye en la principal dinámica… Un volumen que desplaza el aire, un leve peso ejercido al otro lado de la rama, la humedad de un zumbido, un corazón que late. Los artistas transitan el desafío que la naturaleza les impone, y un irreductible no-yo se hace presente bajo el umbral de las consciencias… Todo está vivo. Incognoscible. De una infinitud a otra respira y traspasa los cuerpos en acción.

Con el paso de los meses, y de las distintas estaciones, el proceso de biodegradación avanzará poco a poco. En consecuencia, el paisaje original, momentáneamente convertido en galería a la intemperie, parecerá restaurarse. Minúsculas trazas de las obras quedarán visibles, algún junco doblado o una rama aquí y allá...pero por sobre todo, permanecerá también la memoria de la obra en el cuerpo de cada artista, y porqué no, en la percepción del visitante que recorra la isla. Por consiguiente, un proceso se completa, el ciclo natural se renueva y la tierra vuelve a ser meditada.

                                              Teresa Pereda
                                              Marzo de 2013

*El Islote Los Benitos es una isla joven, de 15has., formada hace tan solo treinta años en el lecho del canal del brazo Viejo Paraná. Su conformación se debió a la acumulación de sedimentos, provocada por la presencia de un gran árbol, arrastrado y depositado allí por el río.

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En Tierras Húmedas

recrea el agua, de forma continua, el organismo de nuestro planeta”
Theodor Schwenk
Trabajar inmersos en la voluntad del agua, explorar hasta el límite el escenario natural. Percibir circulante y hondo el flujo del río que escurre suelos blandos, olorosos, transitados por antiguas familias de aves, insectos y reptiles. Adaptar la piel a un entorno que exuda humedad, chicharras y muros verdes. Impenetrable, en perpetua transmutación.
El territorio impone sus demandas y los artistas transitan el desafío que la naturaleza, siempre infinita, exige. Radiante e inexpugnable. Punto de partida del continuo andar y desandar, ligar y disolver, destruir y construir.
Las obras creadas en el contexto del proyecto Humedales ensayan diversos caminos en su exploración del Islote Curupí. Hay quienes trabajan en la naturaleza, a la búsqueda de ese instante que en cada repetición es absolutamente único, y quien prefiere intervenir sobre ella creando un acontecimiento que se instala sobre su superficie como una señal que produce una herida o una advertencia. Hay quien ensaya desde una escala lejana, quien lo hace desde lo mas cercano e íntimo, utilizando el propio cuerpo en movimiento o el autorretrato, buscando rastros de la tierra en su propio cuerpo y rastros del cuerpo en el escenario natural.
La tarea exige una acción detenida, analítica y generosa, la de percibir la génesis de los seres vivos. Desde aquel mágico instante en el que los poros, los ojos y las manos de estos artistas se abrieron para trabajar los humedales, naturaleza y hombres restablecieron un diálogo ancestral, entregaron su obra, y ya no podrán ver, ni pensar, ni vivir como antes. 
 
Teresa Pereda, Febrero 2012

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quedaron hermosas las obras!

Y estas bellas fotos lo reflejan...

Roxana Viotto dijo...

Hola tricoteras!!!! soy Roxi del encuentro de esultoras.... les escribo para contarles nuevamnte que quedamos todas felices de haber compartido con ustedes, y les queremos agradecer mil veces!!!! que se hayan prendido a la propuesta del encuentro.... personalnente admiro muchisímo el trabajo de ustedes... mucha sensibilidad!!!!. abrazo fuerte para cada una...nos vemos roxi